ISMAEL

Ismael siempre será nuestro hijo mediano; le bastaron 12 semanas para dejarnos la más dura y grande de las experiencias. En estas fotos estamos todos, somos más de los que el resto ven. En ellas pudimos incluir a nuestros tres hijos. Fue una experiencia muy bonita poder conectar de manera consciente como familia.

DARÍO

CERTEZA: Si lo pienso, creo que tienes los ojos verdes, de savia fresca de vida, ojos enormes capaces de analizar al milímetro la anatomía de una hormiga o de interrogarte sin palabras por una suerte de mirada al corazón. Si lo pienso más, creo que tus ojos son azules, oceánicos, de cielo... de todo lo que puede recorrerse flotando en ensoñación, unos ojillos chispeantes de actividad y risa. Si lo pienso detenidamente, llego a la conclusión de que tus ojos son del color de la miel y de la tierra, de todo lo firme donde arraiga el amor, unos ojos serenos, como de saber antiguo... Sin embargo, y sin necesidad de pensarlo mucho, sé que tus ojos son lo más precioso que nunca he visto.

DANIEL

Daniel: te llevamos siempre con nosotros. Gracias por enseñarnos que nuestra vida es maravillosa gracias a ti!

BEBÉ

Mi estrella: hay un cordón que no se podrá cortar: sube hasta el cielo y se ata a ti. Vuela muy alto pero acaricia mi alma. Es luz de sentimiento en mi vientre. Te quiero cariño. 

BEATRIZ

Beatriz estuvo 41 semanas con nosotros y nos dejó a los tres días de ver la luz. Nos despedimos de ella, la arropamos y abrazamos, pero no se nos ocurrió hacer ninguna foto. Trascurridos cuatro años pusimos todo lo que teníamos físicamente de ella en un álbum que nos acompaña en casa. Con estas fotos tenemos no sólo la esencia de Beatriz, sino unas fotos familia que representan que ella está y estará siempre en nuestras vidas, enseñándonos ese amor incondicional que trasmiten todas nuestras mariposas

DARÍO

Nuestro querido y deseado bebé se ha convertido en una estrella que nos guiará siempre. Mágicos nueve meses que permaneciste con nosotros... siempre con nosotros hasta el fin de nuestros días. 

ORIOL

Naciste en silencio, nunca te oímos llorar. Te abrazamos pero no te pudiste quedar. Ese día, una parte de nosotros se marchó contigo. Oriol, gracias por convertirnos en padres. Te queremos

CHLOÉ

Amor de nuestras vidas, vivirás siempre con nosotros. Cuídanos siempre angelito. Te amamos Chloé.

ALMA

Pequeña, al fin y al cabo tu y yo sabíamos que esto acabaría. Nuestra despedida fueron esos últimos dias en las que yo no podía dormir y tu me dabas mil patadas: esa fue tu manera de decirme adiós. Nos lo dimos todo: yo siendo tu cuna y tu llenándome de vida. No nos hace falta despedirnos porque una parte de nosotros se fue contigo y una tuya seguirá siempre aquí: siempre ruido, siempre Alma.